Parque Nacional Masai Mara

Día 4 : PARQUE NACIONAL MASAI MARA

02 de noviembre del 2010

Hoy volvemos a madrugar, los safaris en Kenia conviene empezarlos cuando sale el sol, así que como viene siendo habitual, nos despiertan a las 5 de la mañana para empezar nuestro rito: desayuno, desmontar tiendas, cargar el camión, descansar un rato y empezar el safari por el Masai Mara.
La idea de hoy es recorrer gran parte del Parque Nacional Masai Mara, para ver todo lo que podamos.
Tenemos 2 días para recorrerlo, así que tenemos que tomárnoslo con calma para no acabar saturados de tanto safari y animales.
Al cabo de un rato de empezar el safari vemos los dos primeros leones recostados en la sombra de un árbol.

No se movieron en todo el rato que estuvimos observándolos y haciéndoles fotos. Así que pudimos captar todas las instantáneas que quisimos.

A partir de este parque, vamos parando bastante, pero empezamos a darnos cuenta como cambia la visión…ahora ya miramos las cebras y las gacelas como algo habitual, parece increíble!! Y eso que sólo llevamos unos días!!

Después de un buen rato por el parque Masai Mara, vemos otro león, este mucho más cerca, que acaba por resguardarse a la sobra de un árbol.

Al mirar hacía el otro lado, vemos un macho, escondido en un arbusto, la imagen de la cara asomando es para una foto perfecta.

A media mañana empezamos a ver los primeros elefantes.

Algunos de ellos bastante cerca, que de vez en cuando movían las orejas, en señal de “cuidado” con sus crías cerca.

Es impresionante ver a estos animales tan cerca. No podemos dejar de mirarlos, intentando quedarnos con cada detalle.
Son los primeros que vemos tan cerca, a sólo unos metros del camión.
De pronto vemos que un macho enorme se acerca al camión, la primera reacción es empezar a hacer fotos, pero cuando vemos que se acerca más, empieza ese sentimiento de “medio miedo” en el que no sabes qué hacer.
Pero eso duró poco, el tiempo que pasó desde que pensamos eso, hasta que lo tuvimos justo al lado!!
El día de hoy ya ha merecido la pena…sólo por esto!!
El silencio se puede cortar. No nos atrevemos ni siquiera a comentar lo que acabamos de ver hasta que el camión arranca otra vez.
Llega la hora de comer y nos paramos en una zona de acampada y como siempre comemos muy bien: ensaladas, embutidos…después el café y otra vez a nuestra “segunda casa” a seguir con el safari por el Masai Mara!

Por la tarde vimos los primeros hipopótamos en una charca bastante lejos.

Pero lo mejor vino ya cuando íbamos hacia el campamento del Parque Nacional Masai Mara en Kenia.
De pronto el conductor vio 2 guepardos y no dudó en salirse de la pista para acercarnos al máximo!
Si lo del elefante fue una sensación inexplicable, esto ya ha sido perfecto.

No podemos pedirle más al día. Hemos cumplido perfectamente. Podemos irnos a dormir con el “estómago” lleno!
Después de la emoción, nos ponemos rumbo a la zona de acampada.
Llegamos sobre las 5.30 y el guía nos ofreció la posibilidad de no en tiendas de campaña, si no en otras ya montadas que habían.
Los baños seguían siendo comunes, pero no teníamos que montar ni desmontar. Al ser un camping, tenemos esta posibilidad.
Creo que pocos lo dudamos y nos vimos como quién no quiere la cosa con nuestras tiendas ya montadas! Y todo por 15 eurillos de nada.
Las tiendas eran más amplias y tenían un pequeño porche con 2 sillas delante.
Al lado de las tiendas del Parque Nacional Masai Mara también tenemos un restaurante, así que esta noche se presenta otra vez sin cena al raso.
Después de ducharnos, nos vamos para el restaurante a cenar la comida que nos han preparado Simon y el resto, que como siempre está deliciosa.
Antes de salir de la tienda para cenar, seguimos el otro “ritual”, rociarnos de relec.
Al amanecer y al atardecer es cuando más pican los mosquitos en Kenia, así que intentamos no olvidarnos ni del relec ni del famoso Malarone.
Antes del viaje nos habían recomendado rociar la ropa con un líquido de farmacia, que al final resultó ser anti-piojos! Esto contra la mosca tse tse y al final funcionó, no nos picó ni una…y mosquitos, sólo tuvimos un par de picadas que no eran nada del otro mundo.
Después de cenar y de la charla diaria, nos vamos a nuestras espectaculares tiendas y pasamos un rato en el porche, disfrutando de la noche de Kenia.
Hasta da rabia irse a dormir y perderse este espectáculo de la naturaleza.