5 experiencias para disfrutar de Mallorca al máximo

Bautizada como la isla de la calma, sobre todo durante los meses en los que el turismo ya no está tan presente, Mallorca es famosa por sus playas y calas de aguas cristalinas, los preciosos pueblos de pasado marinero, las rutas de senderismo por la montaña, su animada vida nocturna y sus espectaculares atardeceres sin olvidar por supuesto su deliciosa gastronomía a base de pescado fresco y productos típicos de la tierra como la sobrasada o la exquisita ensaimada.
Además de ofrecer un sinfín de grandes experiencias, esta isla es unos de los destinos más adictivos para los turistas de medio mundo al tener una gran calidad de vida y ser muy accesible gracias a los vuelos directos desde la mayoría de capitales europeas además de los cruceros.
Aunque siempre te quedarás con ganas de más, creemos que para hacerte una idea bastante completa de la isla es necesario dedicar un mínimo de una semana, un tiempo que te permitirá disfrutar con tranquilidad de todas estas actividades y tener unas vacaciones inolvidables.
La mejor época para viajar a la isla es entre mayo y octubre, cuando la temperatura del agua sube y puedes darte refrescantes chapuzones, siempre teniendo en cuenta que los meses de verano los precios en alojamiento suben como la espuma y es muy aconsejable reservar con varios meses de antelación si quieres tener más opciones y mejores precios.

Si quieres más información puedes consultar la guía de Barceló Experiences.

Basándonos en la experiencia del tiempo que pasamos en esta isla, hemos realizado esta selección de 5 experiencias para disfrutar de Mallorca al máximo. ¡Empezamos!

1. Alquilar un coche o una moto

Alquilar un coche o una moto es imprescindible para recorrer la isla a tu aire, ya que es la única forma de parar en espectaculares miradores naturales y encontrar las calas más escondidas además de no depender de los horarios de los transportes públicos, algo que se agradece en unas vacaciones de relax.
Hay que tener en cuenta que aunque Mallorca es la isla más grande del archipiélago de las Islas Baleares, todos sus atractivos turísticos se encuentran a un máximo de una hora de Palma de Mallorca por lo que puedes optar en hacer una ruta circular alojándote en dos o tres puntos o aprovechar la extensa oferta hotelera y de restauración de la capital, para quedarte allí todos los días y hacer pequeñas excursiones de un día.
Si prefieres quedarte todos los días en una única población nosotros nos decantaríamos por alquilar una moto ya que cuenta con la gran ventaja de que encontrarás parking facilmente, algo muy importante en verano, época en que las playas más famosas se llenan.

2. Bañarte en las mejores playas de Mallorca

Una vez tengas alquilado el coche o la moto, ya solo te queda ponerte el bañador, coger una toalla y acercarte a alguna de las mejores playas y calas de Mallorca.
Entre sus más de 200 playas encontrarás calas para todos los gustos y momentos, algunas escondidas entre acantilados y paisajes vírgenes, otras de aguas tranquilas y con todos los servicios, ideales para las familias, y otras con un fondo marino tan rico en el que pasarás horas con las gafas de snorkel buscando peces de colores.
Entre nuestras playas de aguas turquesas y arena blanca favoritas, que nada tienen que envidiar a las del Caribe o Tailandia y que además son de fácil acceso, se encuentran Caló des Moro, Cala Agulla, Cala Mondragó, Sa Calobra y Es Trenc. En estas dos últimas disponen de chiringuitos donde puedes tomarte una cerveza bien fría mientras esperas un inolvidable atardecer.

3. Bordear la costa en un catamarán

Ya sea en un catamarán, en un velero o en una pequeña barca, otra de las mejores experiencias de Mallorca es bordear su escapado litoral por mar y obtener una perspectiva única además de disfrutar de divertidas actividades durante la travesía.
En la zona del puerto de Palma de Mallorca o Sóller se ofrecen una gran variedad de excursiones en el mar, que te permitirán conocer la belleza más inaccesible de la isla como sus calas más recónditas y cuevas formadas por la erosión durante millones de años, además de poder practicar snorkel en alguno de los fondos marinos más increíbles.
Los tours más completos, que suelen durar entre 5 y 6 horas, llegan hasta la costa de la isla Dragonera, antiguo refugio de piratas y uno de los paisajes más increíbles de la isla, aunque también paran en alguna playa para tumbarse un rato en la arena y bañarse en sus aguas cristalinas, como Cala Egos.
Estas embarcaciones, algunas con fondo de cristal, también ofrecen servicio de comida que habitualmente es una deliciosa paella marinera o un pescado del día a la plancha, que te llenarán los suficiente como para pasarte el tiempo de vuelta tumbado en la cubierta tomando el sol o echando la siesta.
Otra de los excursiones por mar más habituales de Mallorca es la que se realiza al atardecer para ver la puesta de sol tomando una copa y haciendo un brindis por esos grandes momentos de la vida.

4. Ver un atardecer en el Cap de Formentor

Recorrer la serpenteante carretera en coche o moto para llegar al atardecer al Cap de Formentor, es otra de las experiencias de Mallorca más alucinantes.
Este cabo, situado en el punto más septentrional de Mallorca, está formado por una estrecha península de 20 kilómetros de largo de la que caen unos vertiginosos acantilados de hasta más de 300 metros de altura.
Conocido por los locales como «el punto de encuentro de los vientos» y donde se encuentra un icónico faro, en este lugar convergen varios vientos que hacen que las olas rompan contra las rocas violentamente, aunque la mejor visión la tendrás cuando el sol se pone y el cielo se llena de colores anaranjados.
Si llegas pronto al cabo puedes pararte en el fantástico mirador Talaia d’albercutx y darte un baño en Cala de Formentor, una playa de aguas cristalinas y arena fina, rodeada de bosques de pinos.

5. Disfrutar de Palma de Mallorca

A la capital de la isla, considerada por muchos, sobre todo alemanes, como una de las ciudades donde mejor se vive del mundo, merece la pena dedicarle un día para disfrutar de todos sus atractivos turísticos y su animada vida nocturna.
Además de sus extensas playas de arena blanca, esta cosmopolita ciudad tiene un gran patrimonio histórico y arquitectónico en el que destaca la Catedral de Santa María, el Castillo de Bellver y el Palacio Real de la Almudaina.
Otro de sus imprescindibles es perderse por las callejuelas adoquinadas del barrio judío y el centro histórico e ir encontrando sus rincones con más encanto como los preciosos patios de las casas señoriales, el jardín del Obispo o los Baños Árabes, para terminar comiendo una deliciosa ensaimada en alguno de los locales más tradicionales como Ca’n Joan De S’aigo y el Forn des Teatre.
Después de cenar o por la noche puedes acercarte al Paseo Marítimo para tomar una copa en alguno de sus clubs de playas y terminar bailando en alguna de sus históricas discotecas como la Tito’s.

** Este artículo está escrito como parte de una colaboración con Barceló, pero siempre basado en nuestras experiencias, con contenido original y sin que ninguna marca nos haya influenciado en ningún caso.